En el arte de la perfumería, se destaca mucho la semejanza que ésta tiene con la música. De manera que términos como «notas», «acordes», «melodía», «armonía» y otros, suelen ser muy familiares.
En la composición de cualquier fragancia encontramos sus notas, y la proporción que cada nota tiene dentro de ella son las que hacen que ésta sea única. Por lo tanto, esas notas, la mezcla de sustancias aromáticas, y su equilibrio, es lo que va a dar una personalidad propia y distintiva a la fragancia.
Tipología: así como en la música, la combinación de las notas es lo que da vida a los acordes. Están los acordes de salida, los de corazón, y los de fondo
Notas de salida: Son las notas más efímeras y ligeras de todas. En solo 15 o 30 minutos se volatilizan y dejamos de percibirlas. Son los primeros acordes de un perfume, pero no por ello los más importantes. Es la primera impresión que nos deja el perfume, pero pasados los primeros minutos, ésta deja paso a las notas de corazón, que como su nombre indica, son las que muestran la esencia del perfume.
Notas de corazón: Son algo más pesadas y se dejan entrever transcurrida la primera media hora (aproximadamente) tras la aplicación del perfume. Las notas de corazón, también llamadas notas medias, suelen durar hasta dos horas, según los ingredientes y la naturaleza de cada piel.
Notas de fondo: Estas son las notas que forman parte de la fase más madura de un perfume, son denominadas también como notas de base. Predominan los aromas de larga duración como madera, cuero, tabaco y especias como la pimienta. Este tipo de notas tardan en ser percibidas, pero son la esencia y el carácter real de un perfume. Surgen al final de la evaporación y se mezclan con el olor de la piel. Son las que cambian radicalmente de una persona y otra. Es la fragancia que más tarda en percibirse, pero pueden durar más de ocho horas e, incluso, hasta el día siguiente.